lunes, 8 de junio de 2009
PEQUEÑITA HISTORIA SIN COMIENZO NI FINAL
Eran esos gigantescos azules de diminutos mares redondos. Gigantescamente azules, diminutamente mares.
De salitrosa agua cual una lágrima de aguamar salada lagrimar. De arena el sedimento inquieto de los mares redondos, azulmente gigantescos, maríntimamente diminutos. Tan gigantes y diminutos siempre redondantemente mares azules, aveniditas de pequeñísimos seres cristalinos; cristalinos como la salitrosa lágrima de aguamar, inquietos como la arena sedimentosa de esos redondos diminutos mares azules de ultramar.
Cristalisímos seres navegan en los azules gigantescos de esos diminutos mares y redondos. Cristalisímos casi como un reflejo frágil, frágiles casi como el cristal.
Es esta la historia de esos gigantescos azules de diminutos mares redondos, donde pequeñísimos seres cristalinos juegan a navegar.
Es esta una gigantesca, maríntima, azulina y diminuta historia, que con cristalinas palabras de frágiles reflejos
y de cristal, todavía no se decide y no se anima a comenzar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
qué lindas son las historias lindas, aunque aún no comiencen, aunque no se animen a comenzar...
ResponderEliminarhermoso Maga!
Hey te re copaste!
ResponderEliminarMe encanta todo esto.